sábado, 14 de septiembre de 2013

¿De dónde viene el Desfile de Faroles? - Gustavo León - Guía de Turismo

Dolores Bedoya fue la que aquel 14 de septiembre de 1821 con un farol en sus manos recorrió las calles de Guatemala, actual Antigua, para agrupar a los habitantes de la ciudad frente del cabildo con el fin de vociferar: “Viva la Patria”, “Viva La Libertad”. Los vecinos a falta de electricidad, se fueron congregando con sus faroles y lámparas en la plaza para presionar a sus líderes que firmaran la independencia de Centroamérica de la opresión española.

De aquí nace la tradición que duró muchos años que todos los pueblos libres centroamericanos adornaban sus humildes viviendas con faroles para conmemorar este evento. No fue sino hasta finales del siglo antepasado que se popularizaron las caminatas con faroles que fueron la sensación en cada pueblo para celebrar la víspera del Día de la Independencia. Para ese entonces los costarricenses realizaban esta celebración más que todo por costumbre y tradición, según cuenta la historia, eran los mismos vecinos que orgullosamente se organizaban para conmemorar la gesta histórica de Dolores Bedoya. Luego de la guerra civil del 48 cuando se fundó la Segunda República, fue cuando se puso especial atención a los valores culturales y el gobierno empezó a incentivar a las comunidades que salieran por los vecindarios con los faroles a celebrar un año más de libertad y de amor a la patria, otorgando premios para las mejores creaciones.

 Con mucha alegría recuerdo estas fechas en mi niñez, mis padres, mis hermanas y yo trabajando juntos para elaborar un farol, no cualquier farol, uno lo suficientemente bonito como para que valiera la pena llevarlo al concurso de la escuela y ostentar un premio dentro de los primeros lugares por su originalidad; luego de cantar a pulmón lleno el himno nacional a las 6:00 p.m., salir a desfilar orgulloso haciendo gala de mi farol sabiendo que lo construimos nosotros mismos desde el inicio.

Estos recuerdos me traen mucha alegría pero también, me dan mucha tristeza. Tristeza de ver hacia donde se están yendo nuestros valores culturales, hoy en día son cada vez menos las personas que asisten a nuestro desfile conmemorativo de la víspera de la independencia; lo que era motivo de fiesta familiar y orgullo patrio ya se está perdiendo. Muchas personas ven con molestia detenerse unos minutos y cantar el himno nacional y lo peor de todo es que todos somos cómplices de esto; vemos la elaboración de un farol como un proyecto mas de la escuela o el colegio de nuestros hijos para una mejor calificación y no lo vemos como debería ser: una verdadera celebración de nuestra libertad.


Por eso es necesario recordar lo importante que es esta celebración y nunca cansarnos de decir: que viva la libertad, que viva la independencia y ¡QUE VIVA COSTA RICA!

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